Les Mentettes, lanzo su primer Lp, “Let´s Mentettes”. Con ángel propio para la sutileza melódica, el disco se construye de manera personal, sin obligación alguna de mostrar formas novedosas para el rock, sino con el objetivo de resaltar que lo importa son las canciones empalagosas para los oídos, que nutren al rock desde hace más de 50 años.
En los últimos años, el rock ha navegado en una intransigencia por descubrir nuevos mapas sonoros, a partir del fin del disco como concepto artístico y comercial en la música, el auge del mp3 y la proliferación de estilos poliformes, más allá de un género determinado. De este modo, la ideología de los músicos ha pasado por releer los casi 50 años del rock, para que a partir de su melomanía, puedan definir patrones de composición.
Numerosas veces la indulgencia y soberbia de los mismos, produce obras excesivamente pretenciosas, en lugar de discos frescos y personales.
Producido por Mariano Esaín, quien posee la justeza para llevar a un sonido “hi fi”, las ambiciones sonoras de las bandas “indies” de la escena porteña, sin afectar por esto, la esencia musical de las mismas o depositarlas en un plano, dónde el sonido sea más importante que la arquitectura personal de las canciones.
Si bien desde el vamos, el disco de Let´s Mentettes no intenta cambiar o revolucionar el actual panorama de la música, su relectura de diversos géneros musicales, como el Folk., el new romantic, el cocktail de salón y el brit-pop, convierte a sus melodías en respetuosas y amigables para el oyente.
A partir de un cuidado de cirujano de las armonías vocales, y los arreglos de teclados y piano, sumado a elementos que adornan vistosamente la canciones, (como lo pueden ser el xilophón o el Kazoo), la banda retrotrae esos paraísos de elegancia sonora iniciada allá en los 60’ por los hermanos Davies de los ya legendarios The Kinks, y que en los 90’, fue continuada, entre otros, por el líder de los Divine Comedy, Neil Hannon.
Conjugando perfectamente el pulso rítmico de la música de salón, con la estética dandy que pregona el mismo, aparecen piezas musicales como “Hold On”, “Tell Me” o Earth Inc.
Y esto es quizá lo más destacable de Les Mentettes, la flexibilidad para construir canciones, que fluctúan entre la seducción bailable, y la melancolía fina y con altura, que permiten que sean escuchadas en una pista de baile, como en una reunión amena entre amigos
También, el retro-folk modernista que trabajo Beck en discos como Mutations, es aprovechado por esos paisajes relajados, que se escucha en las voces, y en los arpegios de guitarra, de temas como “Folky” o “I Got No Money”.
También hay dejo para el soul meláncolico de bandas como The Specials, que funciona como contrapartida de la algarabía social y el cocktail del salón del baile, es decir la soledad y reflexión “post fiesta”, que asoma claramente en temas como “Mona” y “1953”.
En síntesis, el primer Lp de Les Mentettes, resulta un disco que va mucho más allá de un concepto estético o sonoro de época, sino que representa una obra dónde lo nuevo, deja paso a lo “neo”, para intentar mantener la frescura de la canción, fuera del cliché “flogger” de formas y contenidos, que tanto viene caracterizando a las mayorías de las bandas de la escena under porteña. Sólo como observación negativa, podría mencionarse ese intento “internacionalista” de cantar todas las canciones en inglés, cuando por capacidad propia y dotes musicales naturales, podrían llegar a ser unos dignos narradores contemporáneos y vernáculos de historias criollas, que tanto escasean hoy en día por estas tierras.
En los últimos años, el rock ha navegado en una intransigencia por descubrir nuevos mapas sonoros, a partir del fin del disco como concepto artístico y comercial en la música, el auge del mp3 y la proliferación de estilos poliformes, más allá de un género determinado. De este modo, la ideología de los músicos ha pasado por releer los casi 50 años del rock, para que a partir de su melomanía, puedan definir patrones de composición.
Numerosas veces la indulgencia y soberbia de los mismos, produce obras excesivamente pretenciosas, en lugar de discos frescos y personales.
Producido por Mariano Esaín, quien posee la justeza para llevar a un sonido “hi fi”, las ambiciones sonoras de las bandas “indies” de la escena porteña, sin afectar por esto, la esencia musical de las mismas o depositarlas en un plano, dónde el sonido sea más importante que la arquitectura personal de las canciones.
Si bien desde el vamos, el disco de Let´s Mentettes no intenta cambiar o revolucionar el actual panorama de la música, su relectura de diversos géneros musicales, como el Folk., el new romantic, el cocktail de salón y el brit-pop, convierte a sus melodías en respetuosas y amigables para el oyente.
A partir de un cuidado de cirujano de las armonías vocales, y los arreglos de teclados y piano, sumado a elementos que adornan vistosamente la canciones, (como lo pueden ser el xilophón o el Kazoo), la banda retrotrae esos paraísos de elegancia sonora iniciada allá en los 60’ por los hermanos Davies de los ya legendarios The Kinks, y que en los 90’, fue continuada, entre otros, por el líder de los Divine Comedy, Neil Hannon.
Conjugando perfectamente el pulso rítmico de la música de salón, con la estética dandy que pregona el mismo, aparecen piezas musicales como “Hold On”, “Tell Me” o Earth Inc.
Y esto es quizá lo más destacable de Les Mentettes, la flexibilidad para construir canciones, que fluctúan entre la seducción bailable, y la melancolía fina y con altura, que permiten que sean escuchadas en una pista de baile, como en una reunión amena entre amigos
También, el retro-folk modernista que trabajo Beck en discos como Mutations, es aprovechado por esos paisajes relajados, que se escucha en las voces, y en los arpegios de guitarra, de temas como “Folky” o “I Got No Money”.
También hay dejo para el soul meláncolico de bandas como The Specials, que funciona como contrapartida de la algarabía social y el cocktail del salón del baile, es decir la soledad y reflexión “post fiesta”, que asoma claramente en temas como “Mona” y “1953”.
En síntesis, el primer Lp de Les Mentettes, resulta un disco que va mucho más allá de un concepto estético o sonoro de época, sino que representa una obra dónde lo nuevo, deja paso a lo “neo”, para intentar mantener la frescura de la canción, fuera del cliché “flogger” de formas y contenidos, que tanto viene caracterizando a las mayorías de las bandas de la escena under porteña. Sólo como observación negativa, podría mencionarse ese intento “internacionalista” de cantar todas las canciones en inglés, cuando por capacidad propia y dotes musicales naturales, podrían llegar a ser unos dignos narradores contemporáneos y vernáculos de historias criollas, que tanto escasean hoy en día por estas tierras.
Bernardo Damián Dimanmenendez
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