El sello independiente Laptra es una clara muestra de esa disputa que se libra dentro de la industria de la música para preservar la libertad artística de los lineamientos dictatoriales que termina por deformar la originalidad de los músicos y sus respectivas obras. Una batalla que empieza a nivel local, en los años 60 con el nacimiento del sello Mandioca, toma nuevas formas con el auge de lo “indie” en los 90’ y que en la actualidad con Laptra Discos, ofrece un panorama donde la esperanza y la pasión, chocan contra la ingenuidad y los límites presupuestarios.
Hacia 1968, Pedro Puyo junto a Jorge Álvarez impulsa el nacimiento de la discográfica Mandioca, primer sello independiente de nuestro país, con el objetivo de “impulsar la edición y difusión del rock de artistas nativos con formatos diferentes a los establecidos por las grandes compañías
Muchos de ellos con el transcurso del tiempo se transformarían en hitos del rock nacional, como Manal, Vox Dei, Pappo o Tanguito.
En los 90’, la palabra independiente vuelve a adquirir vigencia a través de la intensa movida que se vivió en la primera parte de dicha década, mediante espacios como la revista Ruido o el sello Plot!( integrado entre otros por Sebastián Carreras, actual responsable de Indice Virgen) y movidas que se gestaban en lugares como el Cine Cosmos, La Aceituna Psicodélica, Ozono o Sarajevo. Sin embargo, el destino de los independientes de ese entonces concluyo con un rotundo “Ni”, entre los problemas para hacer de ese circuito “collage”, (integrado por universidades, sellos pequeños, centros culturales, músicos, managers y organizadores de festivales), una conglomeración efectiva que logre desarrollar de manera eficiente los canales de distribución, para que los artistas lleguen a un público masivo, como ocurrió con la escena “indie” norteamericana de los años 90.
La Plata parece estar relativamente cerca de ese universo collage antes mencionado. Ya sea, bajo la bandera del rock férreamente sanguíneo (los Redondos), o de la elegancia (Virus), su escena musical, siempre supo evolucionar haciendo que las propuestas suenen actuales en relación con los tiempos que corren.
La Ciudad platense, presenta una estructura dinámica social particular, debido al fluido contacto que hay entre los universitarios y el rock. Además son numerosos los chicos del interior fans del rock, que van a la ciudad a estudiar (recordemos que la banda de culto platense Las Canoplas, estaba totalmente integrada por estudiantes del interior que se conocieron en La Plata).
Hacia el año 2000, Cobra Discos era un pequeño sello de La Plata, sin ninguna expectativa de bofetazo para despabilar a la escena musical de ese entonces. Sin embargo, y luego de la primera edición de los discos de El Mato a un Policía Motorizado, Cobra Discos se convierte en Discos Laptra.
Su denominación no obedece a ninguna razón en particular. Sus tres principales responsables artísticos Santiago Barrionuevo, Javier Ripoll y Shaman Herrera, aseguran que “buscaban una identidad pseudo corporativa, con una sigla y un logo genéricos, que cumplan una función de parodia”.
El contenido artístico es definido bajo la clara normativa de “Libertad Total”.
Con un catálogo disponible de 18 artistas, los discos que deciden editar, asegura Javier Ripoll (cerebro y alma de los 107 Faunos), “lo realizan a través de una charla con los que empezaron el sello, y después se vota como una junta directiva aleatoria, sin jerarquías”.
En Laptra tampoco sucede, (como ocurre con muchos artistas de los sellos multinacionales que son obligados a deformar su identidad con el único objetivo del beneficio económico), modificando su contenido y estética original. “Los artistas de nuestro sello determinan de manera independiente el contenido y estética del albúm, con plena autarquía y libertad. Lo que importa es la actitud”
Los artistas de su catálogo, aseguran los tres, “en su mayoría son descubiertos en primera persona o compartiendo escenario”, desdeñando la fangosa tarea de andar lidiando con terceros, que termina por lo general, complicando las negociaciones. “No somos cazatalentos, somos artistas que buscan lazos fraternos con bandas que nos llaman la atención”, comentan al unísono.
Generalmente en la historia del rock, los pequeños sellos de un contenido uniforme y respetable, terminan siendo absorbidos por las grandes corporaciones discográficas (recordar el famoso caso de Factory Records, que acabo quebrando y otorgando por “monedas” su catálogo a London Records.
Para evitar estas magras consecuencias, muchas veces los sellos independientes apelan a subsidiarias, para que los ayuden en las tareas de distribución o ampliación de recursos económicos. Los tres al mismo tiempo, responden con ofuscación y sinceridad alegando que “La idea es mantenernos alejados de los grandes sellos. Los sellos grandes, agarran a un artista, tratan de exprimirlo en el momento y después lo patean. Mas allá de las dificultades de financiación, la idea es trabajar a largo plazo. De todas formas, nadie vino nunca a ofrecernos nada”.
Entre los artistas descubiertos recientemente y sobre los que reposan importantes expectativas mencionan a “Los Reyes del Falsete, Minicomponente, Aviones del Futuro, Viva Elástico, Saurus Breton y Tengo un grupo Musical”.
Luego del fracaso de los 90’, la escena “indie” cambio sus rasgos originales “Sodaesteristas”, que hicieron que muchos la tomen como un lugar para el alarde de snobs o intelectualoides de poca monta, por un discurso mas directo o laxo, en sus formas estéticas y de contenido. Con el acercamiento a sectores mas populares, ¿Seria posible hacer del “Nuevo Indie”, una plataforma hacia un real encuentro con bandas populares como La Renga o Los Piojos?
Con humildad y cierta ingenuidad, responden que “No es un objetivo del sello lograr la masividad, si que nuestra música circule por la mayor cantidad de canales posibles, pero sin una estrategia de marketing definida. No estamos en condiciones de cambiar la indiosincracia del publico argentino, y tampoco es un objetivo”. Si alguna de nuestras bandas llega a ese supuesto punto de encuentro será una casualidad, no una búsqueda deliberada, incluso a veces pasa que bandas de “ghetto” como Los Redondos, fueron masivos luego. Todo es una cuestión de azar”.
Bernardo Damian Dimanmenendez
Hacia 1968, Pedro Puyo junto a Jorge Álvarez impulsa el nacimiento de la discográfica Mandioca, primer sello independiente de nuestro país, con el objetivo de “impulsar la edición y difusión del rock de artistas nativos con formatos diferentes a los establecidos por las grandes compañías
Muchos de ellos con el transcurso del tiempo se transformarían en hitos del rock nacional, como Manal, Vox Dei, Pappo o Tanguito.
En los 90’, la palabra independiente vuelve a adquirir vigencia a través de la intensa movida que se vivió en la primera parte de dicha década, mediante espacios como la revista Ruido o el sello Plot!( integrado entre otros por Sebastián Carreras, actual responsable de Indice Virgen) y movidas que se gestaban en lugares como el Cine Cosmos, La Aceituna Psicodélica, Ozono o Sarajevo. Sin embargo, el destino de los independientes de ese entonces concluyo con un rotundo “Ni”, entre los problemas para hacer de ese circuito “collage”, (integrado por universidades, sellos pequeños, centros culturales, músicos, managers y organizadores de festivales), una conglomeración efectiva que logre desarrollar de manera eficiente los canales de distribución, para que los artistas lleguen a un público masivo, como ocurrió con la escena “indie” norteamericana de los años 90.
La Plata parece estar relativamente cerca de ese universo collage antes mencionado. Ya sea, bajo la bandera del rock férreamente sanguíneo (los Redondos), o de la elegancia (Virus), su escena musical, siempre supo evolucionar haciendo que las propuestas suenen actuales en relación con los tiempos que corren.
La Ciudad platense, presenta una estructura dinámica social particular, debido al fluido contacto que hay entre los universitarios y el rock. Además son numerosos los chicos del interior fans del rock, que van a la ciudad a estudiar (recordemos que la banda de culto platense Las Canoplas, estaba totalmente integrada por estudiantes del interior que se conocieron en La Plata).
Hacia el año 2000, Cobra Discos era un pequeño sello de La Plata, sin ninguna expectativa de bofetazo para despabilar a la escena musical de ese entonces. Sin embargo, y luego de la primera edición de los discos de El Mato a un Policía Motorizado, Cobra Discos se convierte en Discos Laptra.
Su denominación no obedece a ninguna razón en particular. Sus tres principales responsables artísticos Santiago Barrionuevo, Javier Ripoll y Shaman Herrera, aseguran que “buscaban una identidad pseudo corporativa, con una sigla y un logo genéricos, que cumplan una función de parodia”.
El contenido artístico es definido bajo la clara normativa de “Libertad Total”.
Con un catálogo disponible de 18 artistas, los discos que deciden editar, asegura Javier Ripoll (cerebro y alma de los 107 Faunos), “lo realizan a través de una charla con los que empezaron el sello, y después se vota como una junta directiva aleatoria, sin jerarquías”.
En Laptra tampoco sucede, (como ocurre con muchos artistas de los sellos multinacionales que son obligados a deformar su identidad con el único objetivo del beneficio económico), modificando su contenido y estética original. “Los artistas de nuestro sello determinan de manera independiente el contenido y estética del albúm, con plena autarquía y libertad. Lo que importa es la actitud”
Los artistas de su catálogo, aseguran los tres, “en su mayoría son descubiertos en primera persona o compartiendo escenario”, desdeñando la fangosa tarea de andar lidiando con terceros, que termina por lo general, complicando las negociaciones. “No somos cazatalentos, somos artistas que buscan lazos fraternos con bandas que nos llaman la atención”, comentan al unísono.
Generalmente en la historia del rock, los pequeños sellos de un contenido uniforme y respetable, terminan siendo absorbidos por las grandes corporaciones discográficas (recordar el famoso caso de Factory Records, que acabo quebrando y otorgando por “monedas” su catálogo a London Records.
Para evitar estas magras consecuencias, muchas veces los sellos independientes apelan a subsidiarias, para que los ayuden en las tareas de distribución o ampliación de recursos económicos. Los tres al mismo tiempo, responden con ofuscación y sinceridad alegando que “La idea es mantenernos alejados de los grandes sellos. Los sellos grandes, agarran a un artista, tratan de exprimirlo en el momento y después lo patean. Mas allá de las dificultades de financiación, la idea es trabajar a largo plazo. De todas formas, nadie vino nunca a ofrecernos nada”.
Entre los artistas descubiertos recientemente y sobre los que reposan importantes expectativas mencionan a “Los Reyes del Falsete, Minicomponente, Aviones del Futuro, Viva Elástico, Saurus Breton y Tengo un grupo Musical”.
Luego del fracaso de los 90’, la escena “indie” cambio sus rasgos originales “Sodaesteristas”, que hicieron que muchos la tomen como un lugar para el alarde de snobs o intelectualoides de poca monta, por un discurso mas directo o laxo, en sus formas estéticas y de contenido. Con el acercamiento a sectores mas populares, ¿Seria posible hacer del “Nuevo Indie”, una plataforma hacia un real encuentro con bandas populares como La Renga o Los Piojos?
Con humildad y cierta ingenuidad, responden que “No es un objetivo del sello lograr la masividad, si que nuestra música circule por la mayor cantidad de canales posibles, pero sin una estrategia de marketing definida. No estamos en condiciones de cambiar la indiosincracia del publico argentino, y tampoco es un objetivo”. Si alguna de nuestras bandas llega a ese supuesto punto de encuentro será una casualidad, no una búsqueda deliberada, incluso a veces pasa que bandas de “ghetto” como Los Redondos, fueron masivos luego. Todo es una cuestión de azar”.
Bernardo Damian Dimanmenendez
3 comentarios:
Estaría bueno pensar qué tiene diferente el indie platense actual, del indie de los `90, que en esa época le llamábamos "música alternativa".
Abrazo; F
Primero todo patron constructivo obedece a los estímulos audiovisuales que la persona recibe diariamente, y que varían según la epóca y el lugar. Ejemplo, no es lo mismo Bochaton en su manera de cotejar sus miedos e inseguridades a partir de la geometria surrealista de sus composicones, (que fue moda durante el primer lustro de los 90', en donde hacia eferencias a cuerpos celestes, grotescos, etc, en bandas como Juana La Loca, Resonantes, Peligrosos y varias mas (sean platenses o no). Durante ese lustro, ese manbo, otorgaba a la alternatividad de alguna manera una veta "alterativa", ya sea desde su contenido musical como desde el estetico, que luego parecio acomodarse a una gondola de supermecado, de cualquier lugar de palermo, (el mejor ejemplo es lo que paso con Rosario Blefari).
Hoy en día,la jactancia de dichos tiempos, es mucho mas cruda, a la vez que se busca narrar historias mas rupestres, reconocibles y tangibles de la vida comun, lo cual genera una metamorfosis del lenguaje "etereo y hedonista" de los 90'hacia un lugar de encuentro con el proto lenguaje del rock chabon, que trabajo Palo Pandolfo,enlos primeros Visitantes.
Asi, la pasion caliente, ridicula y violenta del sentir argentino, se posiciona en bandas como el mato, 107 faunos,etc, pero sin remitir a un concepto de indie chabon (el cual me parece de un etnocentrismo escatologico, debido a la falta de trabajo de campo del 90% de los periodistas argentinos de musica). Si se puede hablar de under y de un mayor esfuerzo por contar historias (que por ejemplo narro el rock barrial), pero desde un plano poetico y musical mucho mas elevando actual. Entonces el desafio, entre el kistch, el empedrado,la vereda, y el artista, es lograr que el termino "indie", sea lapidado, con el objetivo de ser masivos o populares, (como la renga y demas), pero sin caer en su mediocridad de formas artisticas, ni en su chauvinismo estetico. Sino por el contrario, reactualizando un rock argentino que desde hace 15 años, se quedo guardado en el cajon de recuerdos de un leprosario.
Es Under, no indie, el termino en dicha nota, habla de la indepedencia (hasta ahi como sabemos todos, porque en el fondo siguen mandando los pesonal y los pepsi music), para generar produccion alternativa, pero con el objetivo de ser masivos, populares pero repito, sin caer en las formulas de siempre.
Por eso franco, el concepto que atraviesa a estas bandas es del "neo-rock", (no nuevo), en donde hay una relectura de elementos añejos, que intentan cotejar el universo actual musical argentino, pero teniendo bien claro, que la busqueda de identidad de su arte, responde a la emergencia de valores y restricciones, que hoy hay para dar lugar a voces nuevas, lapidando toda otredad, fuera del gusto corporativista y standar.
Saludos, berna.
Hi-Berna:
No sé si entendí bien. Vos decís algo así como que el indie actual se diferenciaría del indie de los `90 por las letras, que son menos surrealistas y más cotidianas, barriales, emotivas... y porque buscan llegar a un público más amplio? Puede ser. Tendría que pensarlo mejor.
Yo no coincido con la definición de "indie-chabón, pero no sé si por las mismas razones que vos. A mi me pareció, primero, que una categoría ofensiva, que generaliza e impide pensar el fenómeno, y que tiene una carga negativa ("chabón" alude a algo poco artístico) que no se merecen grupos como El Mató o 107 Faunos.
Bueno, un día nos juntamos a charlar sobre éstos temas, café mediante.
abz.
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