Rusia y Abducidos, harán las respectivas presentaciones de sus discos, en el teatro el Cubo el martes 28.
“Toda Generación consciente o no, debe de manera simbólica y práctica aplastar a la otra, como manera de renovar el rock, y también los modos de entenderlo”(Malcon Mc Laren, 1977)
Han pasado más de 30 años, y las palabras de aquél maquiavélico y romántico a la vez, estratega del punk rock, parecen perderse en el muro de confort ideológico que marcó a la mayoría de los músicos de la generación de principio de siglo
Accidental de la agrupación Rusia y “Abducidos”, de la homónima agrupación, parecen en sus respectivos, discos darle un respeto a fórmulas, que para el rock actual, actualmente parecen superadas, y en consecuencia, añejas y gastadas.
Ambos despachan a partir de la génesis musical que los determina, (Folk.-pop-rock), en el caso de Rusia y (Space-sample-rock), en el caso de Abducidos, temas de un linaje correcto, pero que se apegan lírica, musical y filosóficamente, a conceptos musicales que listan de ser renovadores para la actual cultura rock, lapidada por la mercadotecnia artística y la ortodoxia estética.
En el caso de los quilmeños “Accidental”, las letras definen un universo, en dónde los riffs de guitarra, arreglos de teclados, y fraseos de bajo, se resumen en el transcurso temporal que va de la new-wave de fines de los 70’, pasando por el brit-indie de bandas como Ocean Colour Scene, hasta llegar al sonido Nueva York, de principios de la actual década. Sin embargo, el protocolo sonoro, solo parece hacer pie en temas como “No Molestes” o “Una Imagen no es lugar”. El resto de las canciones, parecen centrarse en tibias melodías Folk, o esquemáticos riffs de guitarra, que uno pareciera intuirlos antes de que los mismos se ejecuten. Las letras, hablan de cierta necesidad de insurgencia expresiva, como la letra de “Objetivo” que dice, “Vamos a ir directo al objetivo, no estamos dispuestos a escuchar tu opinión”, pero que luego se recuestan en la ya clásica meseta metafórica alternativa que se escucha en frases como “Superman ya te vi, creías en toda la institución de todo hombre que lucha” o “Gigantes flotamos hacia el cielo, deseo estallar”.
Oriundos de Castelar y Padua, Abducidos es un dueto actualmente compuesto por Marcelo Gómez y Federico Maqui. Se sitúan musicalmente en el sonidismo del sample, que acompaña a muchos amantes del kraut rock, y que hacen de los sintetizadores y las programaciones su mayor virtud.
El disco, suena homogéneo a nivel de concepto sonoro,(Daniel Melero colaboró en la pos producción), pero el efecto del mismo parece arrimarse a la vereda de la pose snobista, a partir de la constancia lírica por narrar situaciones abstractas de abatimiento que fueron sumamente retratadas por el “dream pop” y otros, a fines de los 80’. Las atmósferas musicales parecen conllevar milimétricamente esas pausas rítmicas, que hacen recordar a bandas como Resonantes, con la clara diferencia, que Flavio Etcheto y los suyos, constituían en aquellos “años dorados sónicos”, una plena “avant garde” filosófica, apoyados tanto en lo musical y estético.
Frases en temas como “Inconcluso”, “Sin previsiones, sin funciones, lo inconcluso gira a nuestro alrededor” o “Utopías” “No hay imaginación, nos da igual, tal vez”, suena hoy en día, más cliché que a certero reclamo artístico. Abducidos, retrata consciente o inconscientemente, un mundo artístico, que toma como padrinos musicales a unos “dietéticos” Babasónicos. Así su consecuente bajada de línea, parece responder más a un “sample artístico premeditado” que a una obra personal autárquica en dónde se proponga, un mundo personal y fresco, que brinde “aires nuevos” para el rock nacional.
A partir de lo mencionado parecieran surgir ciertas ideas:
1. Es un claro error pensar que el hi-fi, con el que trabajan muchas bandas, pueda solventarles la calidad musical de un disco, pues la imaginación siempre vale más que los medios.
2. El rock y los músicos que la integran deben entender, que entre el exceso de información (mp3,myspace, etc), hasta la asepticidad ideológica que promueven los sellos multinacionales o festivales auspiciados por gaseosas y celulares, la chance de integración o aceptación popular, es un gran engaño, en dónde querer ingresar a la fiesta, es salir a los segundos por la ventana del baño.
3. Todos los que integran el mundillo del rock (músicos, periodistas, organizadores, etc), deben empezar a comprender que la música hoy en día, por si sola no importa, sino esta sustentada por un compromiso pleno hacia la indagación personal, que los lleve a todos, a una catarsis artística y de profunda reflexión.
4. No se debe negar el pasado, pero tampoco se debe detentar la obligación de respetarlo de manera castrense al mismo, ya que sino, nos quedamos sin historias nuevas y emocionantes, para contar.
Bernardo Damián Dimanmenendez
“Toda Generación consciente o no, debe de manera simbólica y práctica aplastar a la otra, como manera de renovar el rock, y también los modos de entenderlo”(Malcon Mc Laren, 1977)
Han pasado más de 30 años, y las palabras de aquél maquiavélico y romántico a la vez, estratega del punk rock, parecen perderse en el muro de confort ideológico que marcó a la mayoría de los músicos de la generación de principio de siglo
Accidental de la agrupación Rusia y “Abducidos”, de la homónima agrupación, parecen en sus respectivos, discos darle un respeto a fórmulas, que para el rock actual, actualmente parecen superadas, y en consecuencia, añejas y gastadas.
Ambos despachan a partir de la génesis musical que los determina, (Folk.-pop-rock), en el caso de Rusia y (Space-sample-rock), en el caso de Abducidos, temas de un linaje correcto, pero que se apegan lírica, musical y filosóficamente, a conceptos musicales que listan de ser renovadores para la actual cultura rock, lapidada por la mercadotecnia artística y la ortodoxia estética.
En el caso de los quilmeños “Accidental”, las letras definen un universo, en dónde los riffs de guitarra, arreglos de teclados, y fraseos de bajo, se resumen en el transcurso temporal que va de la new-wave de fines de los 70’, pasando por el brit-indie de bandas como Ocean Colour Scene, hasta llegar al sonido Nueva York, de principios de la actual década. Sin embargo, el protocolo sonoro, solo parece hacer pie en temas como “No Molestes” o “Una Imagen no es lugar”. El resto de las canciones, parecen centrarse en tibias melodías Folk, o esquemáticos riffs de guitarra, que uno pareciera intuirlos antes de que los mismos se ejecuten. Las letras, hablan de cierta necesidad de insurgencia expresiva, como la letra de “Objetivo” que dice, “Vamos a ir directo al objetivo, no estamos dispuestos a escuchar tu opinión”, pero que luego se recuestan en la ya clásica meseta metafórica alternativa que se escucha en frases como “Superman ya te vi, creías en toda la institución de todo hombre que lucha” o “Gigantes flotamos hacia el cielo, deseo estallar”.
Oriundos de Castelar y Padua, Abducidos es un dueto actualmente compuesto por Marcelo Gómez y Federico Maqui. Se sitúan musicalmente en el sonidismo del sample, que acompaña a muchos amantes del kraut rock, y que hacen de los sintetizadores y las programaciones su mayor virtud.
El disco, suena homogéneo a nivel de concepto sonoro,(Daniel Melero colaboró en la pos producción), pero el efecto del mismo parece arrimarse a la vereda de la pose snobista, a partir de la constancia lírica por narrar situaciones abstractas de abatimiento que fueron sumamente retratadas por el “dream pop” y otros, a fines de los 80’. Las atmósferas musicales parecen conllevar milimétricamente esas pausas rítmicas, que hacen recordar a bandas como Resonantes, con la clara diferencia, que Flavio Etcheto y los suyos, constituían en aquellos “años dorados sónicos”, una plena “avant garde” filosófica, apoyados tanto en lo musical y estético.
Frases en temas como “Inconcluso”, “Sin previsiones, sin funciones, lo inconcluso gira a nuestro alrededor” o “Utopías” “No hay imaginación, nos da igual, tal vez”, suena hoy en día, más cliché que a certero reclamo artístico. Abducidos, retrata consciente o inconscientemente, un mundo artístico, que toma como padrinos musicales a unos “dietéticos” Babasónicos. Así su consecuente bajada de línea, parece responder más a un “sample artístico premeditado” que a una obra personal autárquica en dónde se proponga, un mundo personal y fresco, que brinde “aires nuevos” para el rock nacional.
A partir de lo mencionado parecieran surgir ciertas ideas:
1. Es un claro error pensar que el hi-fi, con el que trabajan muchas bandas, pueda solventarles la calidad musical de un disco, pues la imaginación siempre vale más que los medios.
2. El rock y los músicos que la integran deben entender, que entre el exceso de información (mp3,myspace, etc), hasta la asepticidad ideológica que promueven los sellos multinacionales o festivales auspiciados por gaseosas y celulares, la chance de integración o aceptación popular, es un gran engaño, en dónde querer ingresar a la fiesta, es salir a los segundos por la ventana del baño.
3. Todos los que integran el mundillo del rock (músicos, periodistas, organizadores, etc), deben empezar a comprender que la música hoy en día, por si sola no importa, sino esta sustentada por un compromiso pleno hacia la indagación personal, que los lleve a todos, a una catarsis artística y de profunda reflexión.
4. No se debe negar el pasado, pero tampoco se debe detentar la obligación de respetarlo de manera castrense al mismo, ya que sino, nos quedamos sin historias nuevas y emocionantes, para contar.
Bernardo Damián Dimanmenendez
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