jueves, 30 de octubre de 2008

Rock Emo Argentino: "Entre Disney y el Punk"


El rock históricamente funcionó como una expresión contracultural, caracterizada por el rechazo a normas y valores sociales establecidos. El exceso de información actual construye culturas virtuales, que buscando cierta insurgencia expresiva, terminan naufragando en el marketing de lo predecible.

“No me siento bien, hoy perdí la fe, la suerte juega con cartas sin marcar, no se puede cambiar” (Andrés Calamaro, “Cartas sin marcar”, 1988)

El rock Emo es heredero directo del hardcore norteamericano, de bandas como Husker Du, Embrance o Fugazi, hasta llegar a la actualidad, donde los referentes son My Chemical Romance o Fall Out Boy, entre otras.
El emo adopta la praxis estética y filosófica gótica con que el post punk intentó renovar el punk, con la diferencia que la virtualización actual de sus referencias y prácticas produce un efecto no tan creíble para sus reclamos.
En un país tercermundista, como Argentina, la cuestión del gusto y aceptación de modas nuevas siempre pareció chocar contra el arcaísmo del sabor tradicionalista y misógino.
Hoy en día, entre el exceso de información, la decadencia cultural, la gula de la violencia, los “emos” deambulan en Argentina, entre el mote de bichos raros, y el desconocimiento concreto, de cuál es, (¿si lo hay?), su reclamo expresivo.
El emo argentino, a diferencias de los orígenes de sus antecesores hippies, punks, darks o alternativos, no utiliza el espacio social terrestre como manera de imponer una moda. Son tiempos de Internet y “revolución de dormitorio”, por lo tanto, se dan a conocer a través de las redes sociales de fotologs y myspace.
Las primeros reuniones de emos, en nuestro país, datan de principios de década. Las mismas se sucedían en disquerías, como La Lupita ubicada en la galería Labond Street o Coffe Mug Records, del coqueto barrio de Belgrano. Sin embargo, la primera manifestación clara de de rock emo argentino tardo casi un lustro en aparecer. La misma puede deberse a la falta clara de diferenciación entre los patrones que hacen al punk teenager criollo y el mismo emo. Romeo Tragedy, es la primera banda a priori emo que logra cierto destaque dentro la escena. Oriundos de la localidad de Villa Ballester, y con una formación clásica para el rock, (dos guitarras, bajo y batería), sus estribillos siguen la línea de sus referentes anglosajones o norteamericanos.
Otras bandas como Sweater, han mutado del “scream emo” (el subgénero mas tajante del emo, a partir de sus letras suicidas y gritos desesperados), hacia el “emo progresivo”.
En la actualidad, dentro de la escena parecen destacar bandas como Jordan, Buzzer, ArdeHollywood, y los recientemente separados, My Wish. Todas estas bandas parecen marcar una metamorfosis de las originales, en relación a dejar de lado esos estribillos estridentemente anglófilos y reemplazarlos por temas cantados en el idioma local.
Los códigos la construcción del lenguaje de las bandas, busca tomar elementos geográficos que retraten un estado gélido y solitario interior, clásicos del pesimismo adolescente. Así, la mayoría de los nombres adoptados para las canciones varían entre “Dejame Solo”, “Ningún Desierto” o “Peces de Jabón”.
En síntesis, el rock emo argentino, parece desde su génesis, tomar a la tristeza como si fuera un “menú a la carta”, y no desde un profundo replanteo reflexivo y artístico.
El punk represento, más en la corporalidad que en lo musical, una manera de manifestar un profundo desencanto hacia el porvenir de las cosas. Los darks, por su parte, continuaron dicha línea, pero narrando desde los sonidos musicalizados un estado de abatimiento interior, sin necesidad de tanta gestualidad corporal. Luego el hardcore, en los 80’, busca una profunda catarsis a través de una idéntica explosividad enérgica en los cuerpos y acordes. Todos ellos lograban que el desencanto tenga cierta validez, al sostener sus actos en un nivel de contracultura expresiva que se movía en espacios reales, concretos y no virtuales.
Los emos, por su parte, hijos directos de la globalización y los cibernautas, si bien intentan manifestar un estado de cosas, numerosas veces (como les paso a los punks, los darks, y también el hardcore), parecieran no superar la dicotomía punk (necesidad expresiva visceral, fuera de toda norma o consecuencia) y la cultura disney (esa que vende felicidad y tristeza, como si se tratará de góndolas de piercings o tintura para uñas y cabellos), que hace de la tristeza un mero ejercicio mercadotécnico. En síntesis, en la dicotomía de enfilar hacia un lugar real expresivo o quedar anclado en la fetichización obsoleta, parecieran estar “las cartas a marcar”, de la música emo argentina actual.


Bernardo Damián Dimanmenendez

2 comentarios:

mesangranlosoidos dijo...

En primer lugar, me presento soy Germán, me gusto lo que escribiste pero creo que sería un error considerar que el "emo argentino" es Romeo Tragedy, Sweater (cuando de esa camada la banda que tuvo mas éxito fueron Las Armas)siendo que antes de ellos hubo bandas, que como vos dijiste (bah, creo, eso entendí) no se decidían entre el emo y el punk, por ej.: Mofa, los primeros Eterna Inocencia, etc.; y tb había otras bandas que se dedicaban al emo en si, por ej.: Baltimore in love (con gente de Nairobi, Amoeba y Humo del Cairo); Light End Of Fuse (hoy Kirlian); Andes (Kirlian), Can´t get (ex-buzzer, Venice, etc.).Quedan bocha de bandas sin nombrar (Los Años Mueren, etc.)
Te escribo más que nada como público y como partícipe de esa movida que se vino abajo gradualmente y a la par del surgimiento de los actuales emos que vemos en la tv.

Rakim Calderón Bernal dijo...

No sé realmente en donde tú ves la relación entre el hardcore punk, Fugazi y bandas pop rock como fallo ut boys y Mychem. Musicalmente sabemos que no concuerdan en lo absoluto y ideológicamente menos… Ah y Argentina no es ningún país terecer mundistas…