lunes, 18 de febrero de 2008

Laboratorio Dance


El pasado viernes, la agrupación neoyorquina Battles se presento en Niceto. En un mes en el cuál bandas que supieron llevaran la esencia rockera a las pistas de baile, (desde la vertiente más punk-funk de los Rapture, y LCD Sound System, hasta llegar a los cerebrales Battles). En una hora de show, la banda expusoa través de un tormentoso y calculado maremoto de sonidos, porque son una de las últimas gratas sorpresas del sello Warp Records.



Cerca de las 23 hs, la agrupación norteamericana Battles, quién cuenta con 3 Eps (“C”, “B”, y “Tonto +”, y un LP, que ha despertado durante el presente año numerosos elogios, denominado “Mirrored”, (llegando incluso, a posicionarse Nº 70, en el chart de UK).
La propuesta de Battles, dentro su aluvión musical, parece enfilarse desde el vamos a una carrera acelerada, metódica y calculada de sonidos.
Como si el mismo viaje que propone el show, se asemejará a un triatlón, dónde cada nota expelida es esencial, para provocar un clima enérgico e hinóptico a la vez, teniendo la sutileza de no caer en el abismo sonoro excesivo y confuso, que provocaría el cansancio en los oyentes con el transcurso de los temas.
El triatlón musical, abre con “Race In”, cuyos arreglos vocales quisquillosos y acelerados pasajes melódicos, recuerdan a ciertos temas de los recordados Van Deer Graff Generator.
A continuación, como si se tratará de un laboratorio donde se producen piezas musicales en serie, asoma “Tij”, de sonido constante y lapidario, matizado con algún que otro arreglos de sintetizadores.
La batería a cargo de Jhon Stanier, de impecable vigor guía el tema, en dónde los arreglos vocales suenan como si se tratará de un ritual tribal, (algo a que los Battles apelan numerosas veces en sus temas, para darle ese frenesí epiléptico y bailable a la vez), siguiéndola a esta “SZ2”.
A continuación siguen con “Tras”, en dónde un riff de cierta dinámica punk, es decorado con agudos arpegios de guitarras, y agudos sonidos de teclados, uniendo la fórmula de hacer experimental estructuras musicales simples, (buena lectura del legado post-punk experimental).
A continuación un tema clave para entender el magma musical de los neoyorquinos, su hit “Atlas”.
El tema comienza con una base “motorik”. (ritmo de 4/4, cuya pionera fue Mo Tucker, percusionista de los Velvet Underground), y después llevado a la fama por bandas del kraut alemán, y de cuyo nombre, unido al tecnicismo germano surge la denominación (“Mo-torik”), y las voces tribales adoptan un matiz más electrónico, para finalmente a través de espontáneos riffs de guitarra, lograr seducción bailable, y no frenética danza, como en el caso de otros integrantes de la escena como pueden los antes mencionados Rapture o LCD Soundsystem.
Cierran finalmente con “Race Out” y un el “bis” de regalo “Bad Trails”, en dónde se destacan las paredes sonoras, construidas mediante un interesante uso del feedback.
Nueva York, ciudad cosmopolita clave para entender la cultura moderna de los últimos 60 años, sigue deparando sorpresas musicales gratas, (ya sea desde la cultura asfáltica que proponía la “Velvet”, pasando por el rock “Glitter” de los “New York Dolls” o el “pub-rock” de Televesión, hasta llegar al presente, y demostrando que pese a que los intersticios para generar propuestas medianamente novedosas sea cada vez más reducido, los habitantes de dicha ciudad, siempre tienen más allá de su estatua y mole de rascacielos, algo nuevo para contarle al rock.
Bernardo Damián Dimanmenendez

1 comentario:

los perdidos dijo...

hasta parecés simpático mencionando la palabra "sonreir"... mirá vos qué copado.

=)