Hacia comienzos de los 90’, los jóvenes británicos deliraban a través del hervidero electrónico que ocurría en la ciudad de Bristol, (localidad clave para entender sucesos importantes en la cultura rock británica, desde las batallas de mods y rockers en los 60’, pasando por la relectura del rap y el breakdance en los 80’, hasta el nacimiento del trip-hop en los 90’). Así raves mediante, se desplegaba toda una estética alucinógena posmoderna, impulsada por el auge del éxtasis y la difusión que daban las emisoras piratas británicas de comienzos de los 90’ a esta nueva ola musical, denominada genéricamente electrónica.
En 1997 una rama novedosa y revolucionaria de la electrónica, como el Drum and Bass, alcanzaba su punto más alto cuando artistas como David Bowie, Moby o Everything but the girl, querían un lado b de sus temas originales, en Drum and Bass, luego de esto, la standarización y repetición de formas haría de la escena un mero ejercicio de mercadotecnia para los extasiados “clubbers” de Ibiza y resto del mundo.
La propuesta musical, de Palangueto, ( dueto compuesto por Javier Adaro y Federico Scally), parece buscar como punto de apoyo artístico, el Goldie de “Timeless” o el “New Forms” de los Reprazent, al comando de Ronie Size, de aquellos buenos tiempos del Drum and Bass.
Así entre “breakbeats”, y líneas de bajo, utilizados a través de una plataforma de samples poderosa de estos, (como “Tongo” o “One big Love”), o tenues (“Morning Afters”), y apoyados por poderosos riffs de guitarras, el grupo logra que las canciones suenen “juguetonas” y bulliciosas, a la vez, más allá de la no recomendada licencia de cantar en idioma foráneo canciones, que por la capacidad melódica vocal de sus integrantes, sonarían más nobles y auténticas, trovadas en el idioma nativo de éstos.
Bernardo Damián Dimanmenendez
En 1997 una rama novedosa y revolucionaria de la electrónica, como el Drum and Bass, alcanzaba su punto más alto cuando artistas como David Bowie, Moby o Everything but the girl, querían un lado b de sus temas originales, en Drum and Bass, luego de esto, la standarización y repetición de formas haría de la escena un mero ejercicio de mercadotecnia para los extasiados “clubbers” de Ibiza y resto del mundo.
La propuesta musical, de Palangueto, ( dueto compuesto por Javier Adaro y Federico Scally), parece buscar como punto de apoyo artístico, el Goldie de “Timeless” o el “New Forms” de los Reprazent, al comando de Ronie Size, de aquellos buenos tiempos del Drum and Bass.
Así entre “breakbeats”, y líneas de bajo, utilizados a través de una plataforma de samples poderosa de estos, (como “Tongo” o “One big Love”), o tenues (“Morning Afters”), y apoyados por poderosos riffs de guitarras, el grupo logra que las canciones suenen “juguetonas” y bulliciosas, a la vez, más allá de la no recomendada licencia de cantar en idioma foráneo canciones, que por la capacidad melódica vocal de sus integrantes, sonarían más nobles y auténticas, trovadas en el idioma nativo de éstos.
Bernardo Damián Dimanmenendez
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