El Mato a un Policía Motorizado, se presentó el sábado en el local de Petecos. En un show, directo y corto, lo que queda ya por destacar de El Mato, (dentro de los miles de elogios que cosechó en los últimos 3 años)sería, que iniciados dentro del indie con una visión particular de la música, esta misma puede llevarlos a punto de encuentro masivo, sin ninguno tipo de traición o jactancia chauvinista.
La noche era rotundamente fría, quizá la más gélida en lo que va del año. La concurrencia en el circular boliche de Petecos, era variada, desde “chongofílicos”, hasta los abonados clásicos, a “todo me da lo mismo”.
El mato a un Policía Motorizado, es la banda que le puso oxígeno al rock local, hace casi 4 años, con la salida de su primer Lp, titulado homónimamente. En una época donde las nuevas bandas se había acomodado a un discurso “exi naif” (por la torpe filosofía existencial que pregonaban), el mato recuperaba toda una línea musical, que siempre emano fuerza desde el lado de la sutilidad, (como lo es el “kraut-rock”), pese a que practicarlo hoy en día, sea políticamente correcto, más que un desafío práctico-artístico en sí.
Su fuerza moral, claramente esta nutrida de canciones emocionales, pero por caminos de particularidad, ya sea desde como se cruzan las guitarras, hasta el sentido lírico minimalista de Santiago, (esos cantantes que miden milimétricamente las frases para no terminar “enchastrando”, las canciones).
Así, a fuerza de himnos la banda, si bien parte de un discurso musical “indie” (son platenses obvio), la superación que han logrado, hace que desde un gomero fanático de la cumbia, pasando por un “punkeke” ortodoxo (adicto a “ataques musicales”), hasta un ortodoxo del rock clásico, (esos de la remera de V8), lo escuche con respeto y porque no, obviamente gusto.
Abren con ese himno, que termino por definir su estilo “Navidad en los Santos”, para luego pasar a temas como “Viejo Ebrio y Perdido”, “Amigo Piedra”, o “Sábado”.
Sin sobresaltos, claramente exponiendo un universo musical, didáctico, amiguista y contagioso, la capacidad de sobrellevar un show, con altura y soltura, en jóvenes que promedian los 25 años, es realmente notable.
Finalmente y luego de la ironía clásica de Santiago para cerrar el show, “Bueno, me tengo que ir, mañana tengo que cubrir un partido del ascenso”, se despachan con una versión al palo, de un cover de “Jesús and Mary Chain”; “Head on”, pero versionando en castellano, la que los Pixies realizaron, (o sea el cover del cover, ya que el tema es de Jesús, pero la versión tocada remite a la hecha por los Pixies).
Para finalizar podemos hacer un racconto de los ítems que destacan en la banda, y el desafío máximo personalmente que les espera.
*El mato, resulta ser el sueño hecho de realidad, de que cualquier joven melómano de veintipico de años, que siempre deseo tener una banda con un sonido personal, y que marque un territorio de fantasía y pasión, sin necesidad de jugar a ser una “estrella de rock bananera”.
*Con “Navidad de Reserva”, en el 2005, despabilaron para siempre a una generación que parecía sumergirse en el “néctar venenoso de los lánguidos”.
*Si bien, no hay muchas diferencias entre las dudas filosóficas que puedan partir de jóvenes reflexivos de ciudades cosmopolitas como La Plata o Buenos Aires. La diferencia parecía pasar por que los platenses más capaces y menos vergonzosos para entender la naturaleza del ser humano, (falible, no exenta de error) y asumirse a partir de todo esto, como “aprendices de las miserias propias y ajenas”, hace que su práctica se ponga en un plano práctico mucho más redituable. “Viejo Ebrio y Perdido” y “Amigo Piedra”, son un claro ejemplo de lo mencionado.
*Toda banda tiene que ofrecer un mundo particular, que los recorte dentro del mundo del rock. Con la trilogía, que iniciaron con “Navidad de Reserva”, continuaron con “Un Millón de Euros” y cierran este año, lograron que el sentimentalismo pretencionista, se deja de lado, por visiones terrenales que afectan a cualquier persona con un mínimo de aprecio por las cosas hechas con garra y pasión, desde bien adentro del corazón.
*La crisis de identidad del rock anglosajón y norteamericano, hace que no haya una escena visualmente identificable, como siempre ocurrió para los músicos del rock vernáculo. El camino que muestra el mato, es inspirador a miles de adolescentes que secretamente rasgan sus primeros acordes defectuosos, desde cualquier habitación anónima aún del país.
*El rock, como género ha perdido capacidad contracultural, por eso mismo desde la raigambre de su nacimiento, El mato, jamás pareció tenerle respeto a esto, como manera de lograr una suerte de reconversión de rituales o estereotipos mediáticos y estéticos.
Entonces a partir de esto, el desafío para El mato, personalmente podría ser:
En base, a una musicalidad personal, contagiosa, furiosa, y descarnada, su lugar dentro del indie, debe llegar a niveles masivos, (con las traiciones que ello puede implicar), pero pese a esto, es hora que luego de casi 15 años de “semi-anónimato”, de todo lo que agrupo al “indie rock”, el mato debe animarse a niveles de figuración populares.
Casi como un alarido final que sirva de reconversión a miles de oyentes que esperan algo que los mueva de su asiento de una vez y para siempre. En síntesis, El mato sabe que puede crear nuevos evangelistas del rock, ya sea que estos provenga de religiones en apariencia, (no en contenido de catarsis sentimental), tan disímiles como La Renga, Los Piojos o Los Redondos.
Bernardo Damián Dimanmenendez
La noche era rotundamente fría, quizá la más gélida en lo que va del año. La concurrencia en el circular boliche de Petecos, era variada, desde “chongofílicos”, hasta los abonados clásicos, a “todo me da lo mismo”.
El mato a un Policía Motorizado, es la banda que le puso oxígeno al rock local, hace casi 4 años, con la salida de su primer Lp, titulado homónimamente. En una época donde las nuevas bandas se había acomodado a un discurso “exi naif” (por la torpe filosofía existencial que pregonaban), el mato recuperaba toda una línea musical, que siempre emano fuerza desde el lado de la sutilidad, (como lo es el “kraut-rock”), pese a que practicarlo hoy en día, sea políticamente correcto, más que un desafío práctico-artístico en sí.
Su fuerza moral, claramente esta nutrida de canciones emocionales, pero por caminos de particularidad, ya sea desde como se cruzan las guitarras, hasta el sentido lírico minimalista de Santiago, (esos cantantes que miden milimétricamente las frases para no terminar “enchastrando”, las canciones).
Así, a fuerza de himnos la banda, si bien parte de un discurso musical “indie” (son platenses obvio), la superación que han logrado, hace que desde un gomero fanático de la cumbia, pasando por un “punkeke” ortodoxo (adicto a “ataques musicales”), hasta un ortodoxo del rock clásico, (esos de la remera de V8), lo escuche con respeto y porque no, obviamente gusto.
Abren con ese himno, que termino por definir su estilo “Navidad en los Santos”, para luego pasar a temas como “Viejo Ebrio y Perdido”, “Amigo Piedra”, o “Sábado”.
Sin sobresaltos, claramente exponiendo un universo musical, didáctico, amiguista y contagioso, la capacidad de sobrellevar un show, con altura y soltura, en jóvenes que promedian los 25 años, es realmente notable.
Finalmente y luego de la ironía clásica de Santiago para cerrar el show, “Bueno, me tengo que ir, mañana tengo que cubrir un partido del ascenso”, se despachan con una versión al palo, de un cover de “Jesús and Mary Chain”; “Head on”, pero versionando en castellano, la que los Pixies realizaron, (o sea el cover del cover, ya que el tema es de Jesús, pero la versión tocada remite a la hecha por los Pixies).
Para finalizar podemos hacer un racconto de los ítems que destacan en la banda, y el desafío máximo personalmente que les espera.
*El mato, resulta ser el sueño hecho de realidad, de que cualquier joven melómano de veintipico de años, que siempre deseo tener una banda con un sonido personal, y que marque un territorio de fantasía y pasión, sin necesidad de jugar a ser una “estrella de rock bananera”.
*Con “Navidad de Reserva”, en el 2005, despabilaron para siempre a una generación que parecía sumergirse en el “néctar venenoso de los lánguidos”.
*Si bien, no hay muchas diferencias entre las dudas filosóficas que puedan partir de jóvenes reflexivos de ciudades cosmopolitas como La Plata o Buenos Aires. La diferencia parecía pasar por que los platenses más capaces y menos vergonzosos para entender la naturaleza del ser humano, (falible, no exenta de error) y asumirse a partir de todo esto, como “aprendices de las miserias propias y ajenas”, hace que su práctica se ponga en un plano práctico mucho más redituable. “Viejo Ebrio y Perdido” y “Amigo Piedra”, son un claro ejemplo de lo mencionado.
*Toda banda tiene que ofrecer un mundo particular, que los recorte dentro del mundo del rock. Con la trilogía, que iniciaron con “Navidad de Reserva”, continuaron con “Un Millón de Euros” y cierran este año, lograron que el sentimentalismo pretencionista, se deja de lado, por visiones terrenales que afectan a cualquier persona con un mínimo de aprecio por las cosas hechas con garra y pasión, desde bien adentro del corazón.
*La crisis de identidad del rock anglosajón y norteamericano, hace que no haya una escena visualmente identificable, como siempre ocurrió para los músicos del rock vernáculo. El camino que muestra el mato, es inspirador a miles de adolescentes que secretamente rasgan sus primeros acordes defectuosos, desde cualquier habitación anónima aún del país.
*El rock, como género ha perdido capacidad contracultural, por eso mismo desde la raigambre de su nacimiento, El mato, jamás pareció tenerle respeto a esto, como manera de lograr una suerte de reconversión de rituales o estereotipos mediáticos y estéticos.
Entonces a partir de esto, el desafío para El mato, personalmente podría ser:
En base, a una musicalidad personal, contagiosa, furiosa, y descarnada, su lugar dentro del indie, debe llegar a niveles masivos, (con las traiciones que ello puede implicar), pero pese a esto, es hora que luego de casi 15 años de “semi-anónimato”, de todo lo que agrupo al “indie rock”, el mato debe animarse a niveles de figuración populares.
Casi como un alarido final que sirva de reconversión a miles de oyentes que esperan algo que los mueva de su asiento de una vez y para siempre. En síntesis, El mato sabe que puede crear nuevos evangelistas del rock, ya sea que estos provenga de religiones en apariencia, (no en contenido de catarsis sentimental), tan disímiles como La Renga, Los Piojos o Los Redondos.
Bernardo Damián Dimanmenendez
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