viernes, 25 de abril de 2008

White trash criollo


“La Bomba Sucia” de El PerroDiablo, podría ubicarse en la línea de pedidos de haberes renovadores para la juventud argentina, y que marcando una línea cronológica podría comenzar en el primer disco de Los Violadores, en el “Patria o Muerte” de Don Cornelio y la Zona, o en “En el Simpatía por los Demonios”, de Demonios de Tasmania.
La diferencia se va a dar porque el reclamo aquí efectuado, no va a pasar por la opresión dictatorial, (Los Violadores),falencias democráticas (Don Cornelio) o sobredosis de demagogia cultural.(D.D.T.), sino por querer demarcar al rock, como un discurso directo, plano y arrollador contra cualquier hibridez cultural o frívola ideología.
Ya desde el arte de tapa, (con el camión Mercedes Benz a punto de arrollar a un esbelto y semidesnudo cuerpo femenino a bordo de un moderno monopatín), los PerroDiablo recortan una especie de musicalidad “tunera”, dónde cualquier aerodinámica estética y cómoda para la música será arrollada, sin pedir perdón y tampoco sin medir grado alguno de lesión.
“La Bomba Sucia” pareciera entonces, un alarido misógino de “white trash” criollo, que funcionaría como remedio caústico para paliar el “vampirizaje” artístico, espiritual y filosófico que baña a gran parte del mundo musical de hoy en día (público inclusive).
Ya desde el primer tema, “Invasión Infinita” y a partir de un decálogo de riffs, punteos y acordes de rock “garage”, “punk” o “country-hard”, la ruta sonora de los PerroDiablo, se despliega de manera unidireccional fuera de todo estéril intelectualismo y como mostrando a esa “otredad”, (mujeres, música pop, ghettos estéticos y snobs), como algo que en lo posible debe ser denostado o al menos modificado.
A la vez, ese otro mundo calumniado, sirve conscientemente como “magma” creativo para su venenosa poesía que pareciera narrar imágenes escabrosas y escatológicas que asoman ante la falta de alguna línea moral que clarifique el andar de los jóvenes por el siglo XXI.
Las letras de Doma, parecen estar impregnadas de beligerante veborragia dejando a cada frase heridas sanguinolentas, que son profundizadas por las guitarras (Chaume y Manu), y la latosa base que conforman (Alfhonse en batería y Pata en bajo). Así cada uno cumple su rol “de verdugo con cuchilla bien afilada”, para que la música tome una combativa línea y se adapte perfectamente a las tajantes imágenes narradas por Doma y su agitada voz.
El recorrido aplanador sin retorno que se va desarrollando al escuchar el disco, parte de una desenfadada insurrección en la cuál, se van a ir cotejando de manera personal y autárquica, experiencias sensoriales y sexuales de todo tipo.

Si Federico Moura cantaba su oda a la masturbación describiendo “mieles y lunas entra las manos”, Doma y los suyos van a destilar un sabor paródico más rancio y crudo. Así al hablar de neurosis fisiológicas, más que una metáfora del lenguaje, lo que hacen es utilizarlo a este mismo, como un simple elemento al servicio de su “motín” artístico. Vale como referencia de esto la letra de “Rebote”: “Pervertí tus rebotes en mi imaginación, trazos desenfadados, trazos de sedición. Me estas convirtiendo en un arquitecto de los pretextos”.
La aceleración musical impresa por los PerroDiablo, brinda indicios ciertos de la falta de un contexto armónico y claro, para el desarrollo de algún tipo de sociabilidad amena. Entonces recortados, defenestrados y chamuscados por el frenesí del posmodernismo, la vivencia es puro presente, sin temor al dilema moral a posteriori. Como ejemplo válido, de todo esto, asoma uno de los mejores temas del disco, “Todos los No”. Pieza musical que esta en la frecuencia de “tunning” que asoma por la tapa del disco, y cuya sonoridad se asemejaría a una especie de “sudestada” de pleno arrojo “Hoolighan”. La letra se acopla con osadía al dial y dice: “Algo rebelde, contagiosa, decidida, nocturna fragilidad cretina. Te invito al ciclón con un señuelo, bebamos espíritus ajenos, en el desorden del asiento trasero. Ella dijo que sí, que sí..., ella dijo que...”.En una época donde la planicie de acceso a la música, que se da a través de la internet, rompe con el ritual que antes enmarcaba al oyente y banda, surgen cofradías o subulculturas musicales laxas y oscilantes hacia un cierto ladinismo espiritual. El PerroDiablo no solo las cruxifica a través de su música, sino que además levanta su bandera fálica virulenta, para demarcar bien lo que va, de lo que no. Así corrosivamente, aparece, “Malas Preguntas”, en dónde a través del “esto esta lleno de putos”, de su estribillo, vacunan mortalmente con su cepa artística, cualquier “gripe” ideológica que atañe al rock y al coventillo, que el mismo genera. El resultado de las mayorías de las prácticas musicales actuales da generalmente por resultado, los “ni”, o “so”. “La Bomba Sucia”, representa todo un paso adelante, en función de cómo impunemente toda esa agria sensación, que pareciera marcar en serie todo tipo de forma expresiva musical, es negada a través de un “Si” rotundo. Eficacia que se enmarca en la actitud de sus integrantes de tomar el toro por las astas, demarcando la ideología que recorren sus venas y que sin pedido de licencia alguna,“vomita” atrevidamente al oyente Tal vez, para Doma y los suyos, el quid de la cuestión pase por atravesar la bronca sobreponiéndose a toda pestilencia moral, intentando construir su propio lugar en el mundo, más allá de que en el fondo este siga girando de la misma forma

Bernardo Damián Dimanmenendez

1 comentario:

JUAN dijo...

Uhh, si, estos pibes los quiero escuchar en vivo. La nota condensa todo lo que ya pensaba de ellos. Muy bien.

Saludos